y todos los senderos estaban cubiertos de vegetación
cuando los sacerdotes del orgullo dicen que no existe otro camino.
cultivo las penas de piedra
no creía porque no podía ver
aunque tú viniste a mí en la noche,
cuando el amanecer parecía perdido para siempre
tú me mostrate tu amor a la luz de las estrellas
dirige tu mirada hacia el océano
lanza tu alma al mar
cuando la noche oscura parezca interminable
por favor... recuérdame
luego la montaña surgío ante mi
cerca del profundo pozo del deseo
desde la fuente del perdón
más alla del hielo y del fuego
aunque compartamos este humilde sendero, solos
¡qué frágil es el corazón!
oh, regala alas para volar a estos pies de arcilla
para acariciar el rostro de las estyrellas
insulfa vida a este débil corazón,
levanta este vuelo mortal del miedo
coge estas esperanzas deshechas, grabadas con lágrimas
nos elevaremos sobre estas preocupaciones terrenales.
lorena mckennitt
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