15 oct 2013

Taller

 La mayor parte de mi tiempo  se reparte: entre el nido  ( mi cuartel de operaciones ) un pequeño espacio cuadrado atiborrado de miles de cosas ( tantas que si no estuviesen ordenadas, todas juntas  podrían decorar  el minúsculo  castillo de Heidelberg) como caminando por las calles de mi querida ciudad de Madrid ( la  de los cielos lindos con atardeceres increíbles, de los domingos de invierno con sol, la segunda ciudad del mundo en la que más arboles hay por las calles por detrás de la ciudad de Tokio, donde puedes comer en la calle un bocata de calamares y degustar el mejor chocolate con churros, visitar  museos-fundaciones-centros-galerías-librerías o perderte  más de una vez  por el maravilloso jardín botánico). Vale que no es la mejor ciudad para montar en bicicleta, ya sea porque los buses así como los pesetas se saltan las normas a la torera y los turismo hacen de su chapa un tanque, contemos también con los peatones que da igual que este verde o rojo el semáforo el caso es ignorarlo, por no hablar  del caótico organigrama urbanístico arquitectónico  que a diestro y siniestro permita la usurpación de iconos como Tío Pepe o la deplorable incapacidad de proteger edificios emblemáticos. Madrid es pequeño pueblo contenido en una ciudad pequeña comparado con otras urbes.

Aquí liberó de mi mente todos los pájaros que habitan en mi imaginación, les doy forma , asigno nombre y les cedo  un  lugar, de este modo soy feliz. Para ello utilizó objetos-materiales de uso cotidiano utilizando técnicas manuales y artesanales: el bordado y el corte de papel con cutter. Estas técnicas requieren paciencia y mucha mucha concentración, que alcanzó escuchando música barroca: Bach-Mozart-Vivaldí. Puede sonar aburrido pero ayudan mucho, pues aunque puedan percibirse como una música  simple, en realidad su composición interna es  un complejo laberinto de sonidos bajo una estructura elegante, sobria y limpia. 

A veces mis producciones van a ferias como la ultima en la que he participado, Estampa. Una experiencia muy muy positiva de la que he sobrevivido por la cantidad de horas que he tenido que permanecer de pie. Por la satisfacción de compartir estos días con buenos compañeros como Gudrun y Krum. Porque recuperar en ventas el dinero invertido en el stand es todo un logro, para ser la primera vez. Así como la cantidad de personas con las que he podido hablar. De los muchos que me han apoyado con su buenas vibras, de las visitas de los amigos que han podido venir. de los menos momentos duros que haberlos los hubo, pero de los que no se cuentan, pero  decisivos para superarse, reafirmarse y avanzar. 
Me he sorprendido a mi misma, descubriendo mi faceta de marchante improvisado , tras ver como he podido convencer aun hombre que estaba indeciso entre comprarse una obra de Barceló por 20.000 euros, un Miro de 7.900 atreviéndome aconsejar  que mirase otra vez la feria y buscará algo nuevo que le llamase la antención. Y milagro Krum ganó. Lo dicho una experiencia brutal.








No hay comentarios:

Publicar un comentario