22 mar 2007

Historia de un ser afortunado que nunca había sentido dolor

"Quien llegase, por una imaginación desbordante de piedad, a registrar todos los sufrimientos, a ser contemporáneo de todas las penas y de todas las angustias de un instante cualquiera, ése-suponiendo que tal ser pudiera exitir-sería un monstruo de amoy y la mayor víctima de la historia del sufrimiento." E.M. Cioran.

Un ser afortunado ha fenecido. Se ha roto en mil pedazos, y ahora ya nada volverá a ser como antes. Un ser afortunado que nunca había sufrido, que no sabía que era el dolor; porque nada, jamás, le había dolido;porque, ante rasguños, heridas, pinchazos, adversidades, penurias o castástofres, su cuerpo -como su mente- siempre había parecido insensible. Insesible ante cualquier agresión.
Nunca, hasta este momento, piensas ahora mirarte al espejo, habías escuchado tanto ruido, jamás ese estruendo ensordecedor que no cesa y que sientes como una batalle; como una batalla descomunal que produce un estrépito insoportable en el interior de tu cabeza, golpeándote por dentro una y otra vez.
Nunca nada te había dolido y ahora todo te duele. Y, como nunca te había dolido y ahora te duele todo, no puedes establecer un criterio de dolor, ni saber, por tanto, qué cosas duelen con mayor intensidad que otras, por cuáles has de sufrir más. Lo único que crees saber con certeza es que nunca nada te había dolido y que ahora todo te duele. Todo el dolor del mundo, el que deberías haber sentido a lo largo de tu vida, te ha sobrevenido de pronto. Tanto dolor sientes que no crees poder soportarlo durante mucho tiempo.
Estás conmocionado, con tdod el cuerpo ensangrentado y cientos de cristales rotos a tu alrededor, como si el universo entero hubiese explotado y caído junto a ti, como si todo hubiese devenido ruina, vestigio, despojo...precisamente lo que sientes ahora.
Tu universo, tu cielo, el mundo del ser afortunado, se ha desvanecido. Y lo peor es que ignoras el por qué de todo lo sucedido. Sabes que hay una razón, una sola razón tú y tus maladitas pruebas, tú y tus malditas inquietudes, que han desbaratado el firmamento.
Amnesia. Es lo único que pides, lo que te hubiese gustado que a conmoción hubiera provocado; para que se borrasen todos los recuerdos, y no sentir, como sientes ahora, nostalgia de lo que fuieste, de lo que fuiste antes de haberte convertido en lo que eres.
Nostalgia de lo que fui; pero ¿acaso alguna vez lo supe?, te preguntas. No es que no lo recuerdes. Ocurre que, simplemente, nunca pudiste llegar a saberlo. Y has sido precisamente el ansia, el capricho por saberlo, lo que te ha llevado a ser lo que eres, a vivir eternamente entre despojos, mentiras y ficciones, a ocultarte tras un cedazo opaco, a sufrir por todos con una fuerza mayor de la que jamás pudiste haber imaginado.
Y mirándote al espejo, sin poder hablar, porque no puedes hacerlo, te haces eco de las palabras de Rimbaud, y pronuncias, para ti, sin poder hablar, porque no puedes hacerlo, por primera vez en tu vida, "je este un autre".
Pero al intentar dejar de mirar al espejo, tu mirada se resiste, y tus ojos parecen querer ver más alla de la superficie especular, hacia el interior de su reflejo. ¿Que sería yo?, te preguntas. Y te paras a pensar qué serías tú. Es una reflexión que no deberias haber hecho, porque te miras hacia dentro, observas tu interior y te sorprendes: sientes tu cuerpo lleno de dolor. Examinas tus sentimientos y no tienes que bucear mucho para hallar toneladas de odio y rabia, de resentimiento, remordimiento, sufrimiento y tormento. Te invade en este momento la nostalgia de aquellos ojos que nunca volviste a ver, de la voz de cuya vibración dejó de sonar en tus oídos y jamás se renovará. Sientes que todo aquello s eha extraviado: los ojos, la voz y también tú; tú mirando a los ojos; tú escuchando la voz. Fragmentos y fragmentos de ti perdidos en los otros.
Todo te duele. Debe ser terrible que el cielo explote sobre ti. Quieres apiadarte del ser afortunado. Piensas en él; lloras por su dolor. Dejas que el cuchillo atraviese su corazón. El ser afortunado ha fenecido, se ha roto en mil pedazos.....

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