31 jul 2007

Reflexiones Dionisiacas













"Para mi fue una experiencia estupenda el estar con vosotros porque me emociona veros tan entusiasmados con vuestros proyectos, con vuestra juventud. Yo, que ya voy camino de los 60 años, vampirizo la sangre del entusiasmo. La juventud física, que ya no tengo, no impide mi infantilismo mental, que por mucho que quiera controlarlo sigo teniéndolo. Una cosa es "la edad de la memoria"(la edad real) y otra es "la edad de la creatividad"(la no edad, la infancia no cesa). Todos hemos sido niños, adolescentes, jovenes y todos seremos viejos(es la edad de la memoria); pero no todos seremos creativos intemporales, es decir,que no se trata de "estar a la moda", hacer lo último que se lleva, sino de lo que se trata es de morderle al tiempo para no dejarnos morder por el tiempo. La vida es como una tarta de cumpleaños:uno va cortándola pedacitos hasta que se queda sólo la "imagen" de la tarte en la memoria y ninguna vela por apagar.Pero aunque la tarta material se vaya terminando lentamente, la memoria es capaz de verla entera siempre; esa ilusión es la que te da la fuerza para tener el entusiasmo por la vida a pesar de que ya hayas apagado todas las velas y nadie te cante "el cumpleaños feliz". En este sentido, la creatividad, la imaginación, es la mejor compañera del ser humano. Por eso os agradezco tanto el estar en contacto con vosotros, porque no quiero anquilosarme en la edad de la memoria y porque me anima mucho ver esa "certeza que son los otros"(como decía Whitman) cuando uno empieza a ser algo así como un hombre que se ahorca diariamente con un signo de interrogación."


Dionisio Cañas el obrero de las palabras .

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